Ya veremos que tal sale este asunto, todo comienza como una broma cuando le he dicho a quienes me interrumpen alguna narración “si quieres saber el resto de la historia búscala en Roberto enchilado punto com”
Pues bien, he aquí el tal blog. Empezaré por dedicar las primeras imágenes a los amaneceres y atardeceres. ¿Por qué? Bueno, primeramente porque es lo que se me ocurre en este momento, porque me gustan y porque el sol siempre ha sido trascendente en mi vida y no siempre de muy buena manera.
Quizá tenga que ver con mi estructura melancólica o tal vez sea algo de lo que me dejó “El Principito” aquel mágico personaje de Saint-Exupéry que un día vio ponerse el sol cuarenta y siete veces mudando su silla unos metros en su pequeño planeta, quizá por todo lo que puede un bicho melancólico rumiar de los ocasos y en contraparte de las alboradas.
Si algún apodo me impondría yo mismo sería el de tempranero o madrugador y no vaya a pensarse que porque me guste mucho ver salir al sol, sino precisamente por lo contrario por que ha estado escondido varias horas y con él dormidos están miles de seres y eso ha hecho que el aire esté limpio y fresco. ¡Benditas mañanas que bellas son!